El trabajo en equipo, lo que queremos y no entendemos
trabajo en equipo
A pesar que actualmente alardeamos de trabajar en equipo, la realidad dista mucho de lo deseado. Blue o white colors, objetivos contrapuestos, egos y luchas por el poder, intereses personales o culturas arrastradas... los enemigos del trabajo en equipo.

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Siempre es curioso ver desde la grada como un equipo juega un partido de fútbol o de baloncesto. Ambos casos, son un claro ejemplo de trabajo en equipo, pero no los únicos.

La cohesión y coordinación de cada uno de los miembros es debida al entreno diario. Un entrenamiento que no solamente sirve para adquirir habilidades técnicas que les permitan jugar mejor. Si no que entrenar tan frecuentemente, les permite conocerse al detalle los unos a los otros, aprender cómo reaccionará una persona frente a una situación o anticiparse a cómo actuará o desarrollará una acción.

Con ese conocimiento adquirido, es fácil que los demás se puedan adelantar en beneficio de todos y con foco al resultado final.

Un ejemplo de trabajo en equipo

El video siguiente está representado por el equipo vocal The Voca People. Un equipo de canto que emplea solamente su capacidad bucal para generar melodías y música. Un ejemplo claro de trabajo en equipo.

Tras el video se destilan varias conclusiones:

  • En el equipo cada uno tiene una función.
  • Ninguno de ellos se sale de su papel.
  • El concepto NOSOTROS está por encima del concepto YO.
  • Ninguno pretende destacar sobre el otro. Sin el equipo no eres nadie.
  • Tienen un foco y visión común y cada uno tiene un papel representativo para lograrlo.
  • Todos conocen y comparten el objetivo a conseguir.

Pues bien, por mucho que las organizaciones abogamos y alardeamos del trabajo en equipo, la realidad es muy distante del escenario esperado. No debemos confundir el ’trabajo en equipo’ de la colaboración entre personas.

El foco debe ser compartido para existir un buen equipo de trabajo

Partimos de la base que el concepto de trabajo en equipo se refiere a la suma de individuos que realiza un esfuerzo conjunto con un objetivo común. Con esta definición, entendemos que un equipo de remo, reman todos al ritmo que marca el timonel para sumar esfuerzos y lograr llegar primeros a la meta. Otro ejemplo puede ser un equipo de fútbol, cuyas habilidades con la pelota hacen que mantengan un alto porcentaje de la posesión con el fin de acercarse a la portería contraria y marcar un tanto.

Sin embargo y siguiendo con la definición, el trabajo en equipo requiere que sea conjunto y dedicado al mismo objetivo. Este debe ser compartido y común.

Recalco que el foco debe ser común y compartido.

A pesar de que esto parezca evidente, no lo es tanto. El gap entre ‘los de arriba’ y ‘los de abajo’ (blue o white colors llamados en algunas empresas) es todavía muy frecuente. En incontables ocasiones los objetivos de ciertos individuos o departamento son contrapuestos. Los egos y luchas por el poder internas hacen que existan intereses particulares y personales. Culturas arrastradas de otra generación de liderazgo con un sentido de la transparencia y comunicación poco desarrollado. Así, un largo etcétera.

Entre todo, diferencias y gap’s que generan freno, duda y baja eficiencia en la empresa.

El trabajo en equipo precisa más NOSOTROS y menos YO

Si hay algo que caracteriza el ser humano, es la ambición y el poder.

El concepto de trabajo en equipo supone un paso el frente a la hora de compartir, cohesionarse y ceder. Se debe basar en una transparencia absoluta de la información y de una coordinación impecable.

Partamos de la base que, para lograr tal fin, el papel fundamental lo tienen los líderes. Entendamos los líderes como la capa de dirección y liderazgo de la compañía. Este equipo debe ser el primero en mostrar y transmitir visión y transparencia.

Un buen ejercicio para ello puede ser integrar en las rutinas anuales de la compañía el Hoshin Kanri. Con ellas, lograremos desplegar a todos los niveles la visión del negocio y generar un esfuerzo compartido.

Otra buena forma de fomentar el cambio del YO al NOSOTROS es pensar en las metodologías ágiles. Un modelo de gestión basado en los equipos autónomos y auto-organizados.

Algunos consejos para desarrollar el trabajo en equipo en la organización

Convertir la organización en un equipo como los del video no es cuestión de un par de metodologías. Como decíamos antes, el primer paso es una dirección convencida de apostar en esta línea. Pero apostar de verdad y sin hipocresía, con ganas de hacerlo y no solamente para ellos, pero no para nosotros. Algo que sea en todas las circunstancias y no solamente en algunas y cuando interese.

Para finalizar con el artículo, te damos algunas ideas y aspectos clave a considerar si quieres trabajar el trabajo en equipo:

#1 foco y visión compartidas a todos los niveles. La metodología del Hoshin Kanri convertida en una rutina de dirección, uede ayudar a ello.

#2 establece objetivos claros, medibles y relacionados con la visión. Un buen sistema de OKR favorecerá la alineación de todos los niveles a la visión.

#3 integra rutinas de gestión en tus equipos. Las rutinas TOP, ayudarán a mantener el ritmo de gestión necesario para controlar el negocio.

#4 hazlo visual. Emplear mecanismos visuales que muestren el estado del negocio y los proceso enseñará a todos dónde está el foco.

#5 mide el progreso y los resultados. No pienses solo en el resultado logrado, mide también el progreso obtenido.

#6 reconoce el éxito del equipo. Enfócate a las personas. Sal del despacho. Comunica con frecuencia. Júntalos a todos no solo para la cena de navidad, y todos es todos. Felicita y celebra los éxitos, en las organizaciones nos falta más de esto.